Es habitual que los consumidores confundan estos dos conceptos, pero es importante saber diferenciarlos y conocer la relación que los une. En realidad, poco tiene que ver uno con otro, así que, en este post, queremos compartir contigo cuál es el motivo por el que todavía los confunden algunos usuarios y cuál es la relación que mantienen entre ellos.
¿Estás preparado para saber un poco más?
En cuestiones de distribución, nunca elegimos qué compañía tener. No existe esa opción porque las distribuidoras están repartidas por las distintas zonas del país. Cada una de estas zonas geográficas tiene asignada una distribuidora distinta, de manera que no podemos cambiarnos cuando nos apetezca. Este es un apunte diferencial con respecto a las comercializadoras, que sí podemos elegirlas a nuestro antojo y cambiarnos si lo creemos conveniente. Pero entonces ¿qué une a estas dos organizaciones?
La comercializadora es la compañía encargada de comprar la energía eléctrica en el mercado mayorista y venderla. Es quien lleva a cabo la comercialización de la energía, la responsable de enviar la factura de la luz a tu casa, de tramitar las modificaciones o cambios de titular, etc. y comunicárselo a la distribuidora para que sea esta quien lleve a cabo la tarea.
No creas que la comercializadora es la encargada de mantener el suministro y realizar las lecturas de los contadores, pues es la empresa de distribución eléctrica quien se encarga de estas labores. Podemos decir que las comercializadoras son una especie de intermediario entre los usuarios o clientes y las compañías de distribución.
Aunque los sectores de la electricidad tienen claro de dónde nace esta relación, gran parte de la sociedad todavía lo desconoce. Para buscar el origen de esta relación, habría que echar mano del año 1997, cuando se produjo la liberación del sector. Fue entonces cuando las distribuidoras dejaron de vender también la energía, lo que ocasionó la creación de empresas para comercializar la electricidad a través de una tarifa regulada por el Gobierno.
Otra de las consecuencias directas que ha vivido la sociedad en esta materia ha sido la de poder elegir qué compañía quieren que facture la electricidad de su vivienda, lo que otorga mayor libertad a la hora de elegir el modelo empresarial, el tipo de servicio y el origen de la luz que consumimos. Hablamos de cierta independencia otorgada a los ciudadanos.
Somos conscientes de que muchas personas todavía confunden estos dos conceptos, y este post es una prueba más de que existen grandes diferencias entre uno y otro. El lazo que une las distribuidoras y las comercializadoras es una relación empresarial e intermediaria que sirve para mantener la armonía entre los servicios de comercialización y el suministro de la electricidad.
El objetivo es aportar un servicio de calidad a los ciudadanos. Por eso, mientras las comercializadoras se encargan de vender la energía y tramitar las facturas o mantener una comunicación ágil con las distribuidoras, estas son las responsables del suministro. Podemos afirmar que el papel de ambas compañías es imprescindible para una gestión de calidad, pero eso no quita que existan grandes diferencias entre ambas.
La liberación del sector a finales de los años 90 marcó un antes y un después en la manera en que se gestiona la electricidad en España. Los consumidores y las propias Administraciones Públicas cuentan desde entonces con la libertad para decidir dónde y con quién comprar la electricidad de sus hogares.
Todo ello ha generado y aumentado, cada vez más, la competencia entre las comercializadoras, que buscan consumidores para vender la electricidad.
En Numenti creemos que las cosas siempre pueden ir a mejor.